Un joven matrimonio adinerado de Málaga, durante su viaje de luna de miel, concibieron la idea de crear un Jardín, para ello, 7 años después de su viaje, D. Jorge Loring Oyarzábal y Dña. Amalia Heredia Livermore, adquirieron la finca de La Concepción para llevar a cabo su propósito. La familia viajaba mucho por motivos de negocios, de tal manera que podían traer en barco multitud de especies exóticas de plantas, de muchos lugares del mundo. Es por ello que se convirtió en un Jardín Tropical al aire libre siendo de los pocos que existen en europa, gracias también al benigno clima malagueño.
La Concepción fue reconocida no sólo como Jardín, sino también por su colección de restos arqueológicos del Museo Loringiano, el cual es un templete de estilo dórico que se levantó sobre un mosaico romano que muestra las hazañas de Hércules. Se consiguieron reunir restos arqueológicos, de ellos el más importante fue la Lex Malacitana, bronce con las leyes romanas que regían Málaga en el año ochenta.
Cuando falleció el matrimonio Loring, la finca fue adquirida por los Echeverría-Echevarrieta, que siguieron la labor de construir el Jardín, ampliándolo y creando zonas nuevas.
El Jardín que diseñó Amalia Heredia, era de estilo inglés de líneas rectas y definidas, más ordenado, menos frondoso. Es una de las zonas más delicadas y bellas del jardín. En esta zona abundan los estanques y las pequeñas cascadas con sonido constante del agua. Hay muchos estanques y arroyos que hacen danzar el agua todo el día. Es de una extraordinaria delicadeza. Un paraíso de belleza.
En cambio la parte que se diseñó por los Echevarría-Echevarrieta, es de tipo francés, laberíntico, donde a cada paso no vemos más allá de unos metros, siendo más sorpresivo, porque en cada curva, en cada esquina, encontramos algo nuevo, que no podíamos ver hasta entonces, en esta zona predominan las flores y los pequeños árboles. Con caminos pequeños y empinados que te dan sensación de estar rodeado completamente de vegetación, de estilo más romántico.
El Jardín que diseñó Amalia Heredia, era de estilo inglés de líneas rectas y definidas, más ordenado, menos frondoso. Es una de las zonas más delicadas y bellas del jardín. En esta zona abundan los estanques y las pequeñas cascadas con sonido constante del agua. Hay muchos estanques y arroyos que hacen danzar el agua todo el día. Es de una extraordinaria delicadeza. Un paraíso de belleza.
En cambio la parte que se diseñó por los Echevarría-Echevarrieta, es de tipo francés, laberíntico, donde a cada paso no vemos más allá de unos metros, siendo más sorpresivo, porque en cada curva, en cada esquina, encontramos algo nuevo, que no podíamos ver hasta entonces, en esta zona predominan las flores y los pequeños árboles. Con caminos pequeños y empinados que te dan sensación de estar rodeado completamente de vegetación, de estilo más romántico.
La frontera entre una zona y otra, está en el estanque de La Ninfa, que es una pequeña estatua de estilo greco-romano, que pusieron la familia Echevarria-Echevarrieta. Justo en esta zona entra la luz directa del sol, cosa que no pasa en la mayoría del espacio del Jardín, donde todo es más sombrío, pues estos rayos de luz sobre el estanque, hacen destellos sobre el agua y la ninfa, que después de venir recorriendo todo el Jardín en sombra, llama la atención. Una leyenda dice que la Ninfa se levanta todas las noches a regar las plantas con su ánfora.
Lleno de leyendas, como la del árbol guardían, un majestuoso árbol que está dentro del Jardín y que según la leyenda se levantaba todas las noches para cuidar el jardín sobre todo en los años que estuvo tan descuidado, de hecho una de las raices que tiene por fuera, tiene forma de pie, como si usase el mismo para levantarse y recorrer el Jardín.
Lleno de leyendas, como la del árbol guardían, un majestuoso árbol que está dentro del Jardín y que según la leyenda se levantaba todas las noches para cuidar el jardín sobre todo en los años que estuvo tan descuidado, de hecho una de las raices que tiene por fuera, tiene forma de pie, como si usase el mismo para levantarse y recorrer el Jardín.
El puente de los enamorados, que según la tradición los enamorados tienen que pasar cogidos de la mano, y de esta manera estarán unidos para siempre.
Como todos los Jardines, es un poco mágico, donde dicen que habitan seres extraordinarios, como las hadas o los duendes ...
En la entrada encontramos el paseo de los plataneros, estos árboles tan altos han ido buscando el sol, y de esta manera han creado una bóveda natural durante todo el paseo, como una auténtica obra de arte. Famosa es la foto de El templete, símbolo del Jardín que fue construido por la familia Echevarría-Ehevarrieta.
El celador de glicinas, es uno de las fotos más bonitas de todo el Jardín, cuando están florecidas en primavera muestra un paisaje impresionante. Bajo este celador se celebran bodas civiles por el Ayuntamiento de Málaga, dicen que las bodas allí en primavera son espectaculares, porque las glicinas van cayendo lentamente, creando una perfumada lluvia de petalos lilas al paso de la novia.
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