La biznaga es un símbolo relacionado con la ciudad de Málaga, donde gracias a la herencia de los árabes, y al clima templado, abundan los jazmines. Es raro que una casa malagueña que tenga un jardín, un patio, e incluso un balcón, no tenga un jazmín que lo decore y perfume. En las noches de verano es muy habitual encontrarse por las calles y paseos a algunos hombres ataviados con el traje típico y con una penca (a la que le han quitado las espinas) en la mano, en la que llevan clavadas un puñado de biznagas para venderlas y que van dejando las calles impregnadas de olor a jazmín a su paso. Los biznagueros perfuman las calles de Málaga en verano.Tan popular es esta imagen en las calles de Málaga, que el escultor malagueño Jaime Pimentel dedicó una escultura a este personaje, que estuvo situada durante muchos años en la Plaza de la Marina y actualmente se encuentra en el Paseo del Parque.
(El biznaguero: Escultura de Jaime Pimentel)
... Cuando el calor aprieta, los biznagueros la preparan. Luego... cuando la sombra reconforta las cancelas y patios con olor a botijo,... cuando el sol se pone por los montes de Alhaurin y apaga su candela... cuando la luz se hace caricia y el color recupera su tono... cuando el mar extiende su olor por el centro de la ciudad... cuando las mocitas salen a pasear, ... entonces, la biznaga se pasea por la calle Larios.
Vestida de blanco-jazmin, lozana, segura, orgullosa, tiesa, pinchada en una penca chumbera de color verde, espera que alguien le diga: -“...ven a mi mano... Y asi, dejandose tomar por el talle de color canela, se acerca a tu cara... Sus petalos tiemblan y, a medida que se aproxima, se te va entregando... Y no sabe si hace bien o mal... y el viento la transporta... y ella es feliz...
Su entrega es total. Ella, la flor, suspira. Y tu olfato recoge el suspiro transformado en perfume,... el suspiro de una biznaga, el aroma de una flor... Intenso, inexplicable, efimero...es tan...pasajero...
Se marchita tan pronto una biznaga, que al que la conoce, le da pena verla. Su vida es un momento, un casi ná. Un momento que pasa en un instante. Un instante que nos invita a sentir...
Cada biznaga es una pieza artesanal única, ya que está compuesta por un puñado de jazmines hechos y decorados a mano uno por uno, y luego montados también a mano sobre el armazón, lo que hace que no puedan salir dos piezas idénticas. Cuenta la leyenda que las malagueñas la ponían para adornar sus cabellos y de esta manera cualquier hombre caía rendido a sus pies, embriagados por su aroma y su belleza.
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